El sabor de tus heridasde Victoria Álvarez
Editorial Lumen
416 pags
Publicación 01/2016
Sinopsis
(ATENCIÓN: Si no has leído la segunda parte,
no continúes leyendo, puedes obtener spoilers)
Cuando llega la Navidad de 1909, los integrantes de la revista Dreaming Spires se han dispersado. Cae la nieve en los tejados de Oxford, pero los ánimos distan mucho de ser alegres, y los problemas no han hecho más que empezar. Chloë, la hija de Oliver, es secuestrada en Nochebuena, y la señorita Stirling acude a Lionel, huyendo de unos hombres que intentan asesinarla: ha llegado el momento de ponerse en marcha.
Nuestros héroes emprenden una aventura que primero los llevará al París de principios de siglos y luego hasta la ciudad balneario de Karlovy Vary en Bohemia. Pero hay más; el viaje los obligará también a cruzar las fronteras del tiempo. Entre 1909 y 1524, entre amenazas del presente y espíritus del pasado, Alexander, Lionel y Oliver tendrán que enfrentarse a la resolución de un último misterio. En ello se juegan mucho más que el prestigio de su revista: es su vida la que cuelga de un hilo, y falta poco para que se rompa...
Opinión Personal
Me cuesta creer que esta aventura se haya terminado. De verdad que no quiero despedirme nunca de esta historia ni de sus personajes, que tanto han significado para mí.
El final de la trilogía está absolutamente al nivel de los libros anteriores, con un suspense y una calidad de escritura sublime. En esta ocasión los protagonistas comienzan su última aventura divididos; el Dreaming Spires ha pasado a la historia. Tras cuatro años desde su viaje a Nueva Orleans, Lionel, Oliver y Alexander siguen caminos dispares y la distancia se vuelve densa y opaca entre ellos. Oliver con su nuevo título nobiliario y su viudedad, se enfrenta a una incógnita que le pesa casi tanto como la pena de haber perdido a su amada esposa y a su inspiración. Por supuesto, no es el único que sufre delirios a causa de sentimientos que atormentan su sentido común; Lionel Lennox decide que la noche más familiar del año la pasará en una taberna de mala muerte jugándose el pellejo y el escaso dinero que posee en un combate de boxeo. Alexander por otra parte preside la calma en la tempestad, y viaja hasta la casa de su colega August para acompañarlo a él y a su familia en la velada de Nochebuena.
Todo resulta deliciosamente normal y distante, pero el secuestro de la pequeña Chloë, la hija de Oliver, y la aparición sorpresiva de la señorita Stirling pidiendo auxilio, hacen que los tres amigos se reúnan de nuevo, y esta vez con las pistas inconexas, el tiempo en su contra, y un remolino de emociones capaz de derribar un castillo repleto de almas en pena.
Pronto nuestros protagonistas se encuentran con aliados y enemigos, y con fuerzas impensables y terroríficas que ocultan la verdad y el mito por partes iguales. Nuevos personajes se unen a la causa, destilando fiereza y sed de venganza hacia la dinastía de los Dragomirasky. Secretos, viajes, traiciones, sacrificios... Victoria convierte nuestras esperanzas en polvo capítulo tras capítulo.
Este último libro ha sido el que más he tardado en leerme de la trilogía, pero es simplemente porque me costaba horrores decir adiós a esta historia, y me dolía (me duele) no tenerlos más conmigo entre las páginas de los libros, seguir sabiendo de ellos, de sus aventuras y sus misterios por resolver. He quedado atrapada en un mundo repleto de contenido histórico sublime y con unas referencias y ambientación dignas de admiración. El desarrollo de los personajes (que no son pocos) y sus hilos conductores, perfectamente adecuados para que todo cobrara el mejor de los sentidos en un final que te desgarra sin piedad.
Sólo puedo decir que la razón por la que leo, es por la magia de hacerme volar y viajar a otros tiempos, a nuevos mundos y crear infinitas posibilidades como consigue hacerlo Victoria. Dreaming Spires es, sin asomo de duda, una historia que ahora tiene un pedacito de mi alma con ella.
El final de la trilogía está absolutamente al nivel de los libros anteriores, con un suspense y una calidad de escritura sublime. En esta ocasión los protagonistas comienzan su última aventura divididos; el Dreaming Spires ha pasado a la historia. Tras cuatro años desde su viaje a Nueva Orleans, Lionel, Oliver y Alexander siguen caminos dispares y la distancia se vuelve densa y opaca entre ellos. Oliver con su nuevo título nobiliario y su viudedad, se enfrenta a una incógnita que le pesa casi tanto como la pena de haber perdido a su amada esposa y a su inspiración. Por supuesto, no es el único que sufre delirios a causa de sentimientos que atormentan su sentido común; Lionel Lennox decide que la noche más familiar del año la pasará en una taberna de mala muerte jugándose el pellejo y el escaso dinero que posee en un combate de boxeo. Alexander por otra parte preside la calma en la tempestad, y viaja hasta la casa de su colega August para acompañarlo a él y a su familia en la velada de Nochebuena.
Todo resulta deliciosamente normal y distante, pero el secuestro de la pequeña Chloë, la hija de Oliver, y la aparición sorpresiva de la señorita Stirling pidiendo auxilio, hacen que los tres amigos se reúnan de nuevo, y esta vez con las pistas inconexas, el tiempo en su contra, y un remolino de emociones capaz de derribar un castillo repleto de almas en pena.
Pronto nuestros protagonistas se encuentran con aliados y enemigos, y con fuerzas impensables y terroríficas que ocultan la verdad y el mito por partes iguales. Nuevos personajes se unen a la causa, destilando fiereza y sed de venganza hacia la dinastía de los Dragomirasky. Secretos, viajes, traiciones, sacrificios... Victoria convierte nuestras esperanzas en polvo capítulo tras capítulo.
Este último libro ha sido el que más he tardado en leerme de la trilogía, pero es simplemente porque me costaba horrores decir adiós a esta historia, y me dolía (me duele) no tenerlos más conmigo entre las páginas de los libros, seguir sabiendo de ellos, de sus aventuras y sus misterios por resolver. He quedado atrapada en un mundo repleto de contenido histórico sublime y con unas referencias y ambientación dignas de admiración. El desarrollo de los personajes (que no son pocos) y sus hilos conductores, perfectamente adecuados para que todo cobrara el mejor de los sentidos en un final que te desgarra sin piedad.
Sólo puedo decir que la razón por la que leo, es por la magia de hacerme volar y viajar a otros tiempos, a nuevos mundos y crear infinitas posibilidades como consigue hacerlo Victoria. Dreaming Spires es, sin asomo de duda, una historia que ahora tiene un pedacito de mi alma con ella.
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