Reseña #97 || Nosotros en la luna.

Nosotros en la luna

de Alice Kellen
Editorial Planeta
480 pags
Publicación 01/2020

Sinopsis

 Una noche en París. Dos caminos entrelazándose.

No hay nada más eterno que un encuentro fugaz. 

Cuando Rhys y Ginger se conocen en las calles de la ciudad de la luz, no imaginan que sus vidas se unirán para siempre, a pesar de la distancia y de que no puedan ser más diferentes. Ella vive en Londres y a veces se siente tan perdida que se ha olvidado hasta de sus propios sueños. Él es incapaz de quedarse quieto en ningún lugar y cree saber quién es. Y cada noche su amistad crece entre emails llenos de confidencias, dudas e inquietudes. Pero ¿qué ocurre cuando el paso del tiempo pone a prueba su relación? ¿Es posible colgarse de la luna junto a otra persona sin poner en riesgo el corazón?
Una historia sobre el amor, el destino y la búsqueda de uno mismo.

Porque a veces, solo hace falta mirar la luna para sentirte cerca de otra persona.

Opinión Personal

Hay algo único en los libros de Alice Kellen, algo que sientes hasta en la médula con cada palabra. Sus historias te llenan y te vacían a un tiempo, y leerla se convierte en un remolino de emociones. Desde que supe que se publicaría su nueva obra, tenía claro que sucedería lo propio: no me duró ni veinticuatro horas. ¿Pueden ser sus novelas más adictivas? Consiguen que no quiera separarme de sus páginas, de sus personajes. Y la historia de Rhys y Ginger es tan intensa y agridulce como un caramelo de jengibre.

Llevada por un impulso de locura, Ginger coge el primer vuelo a París tras haber roto con su pareja después de años de noviazgo. Esa noche en la estación conoce a Rhys, quien le ofrece ayuda con la máquina expendedora de billetes. Sin saber muy bien cómo ni porqué, Rhys termina enseñándole la capital parisina a Ginger, antes de su regreso a Londres a la mañana siguiente. Esa noche algo los une, un hilo invisible que se estira en la distancia, pero irrompible, y cuando sus caminos se separan, su amistad transcurre a través de e-mails que guardan secretos, confesiones, reflexiones, risas, anhelos..., conociéndose de una manera íntima y cercana mientras cada uno traza su trayectoria en dirección opuesta. Ginger desea esa estabilidad que siempre ha buscado; un trabajo, una pareja, hijos, un gato. Rhys, en cambio, recorre el mundo con su mochila, en busca de algo que llene el vacío que lo oprime desde hace años. Vivir sin normas, improvisar. Lo que él no sabía era que el amor no se improvisa, surge, aparece sin más, cuando ni siquiera lo estabas buscando.

La vida de ambos continúa, y con ello su inquebrantable amistad. Ginger termina la universidad y, obviando sus propios deseos, comienza a trabajar en el negocio familiar, tal y como estaba previsto años atrás. Rhys se centra en su música, en componer y crear aquello que le apetece y le hace sentir bien en ese momento, hasta que se ve un destello de éxito tras su visita a Australia. Y justo cuando piensan que la distancia no es un impedimento para ellos, sus caminos se unen en Ibiza y algo cambia. El deseo y las ganas que procuraban eclipsar a través de la pantalla se desatan, colándose por cada rincón y grieta. Desatándolo todo. ¿Cuánto tiempo se puede eludir un sentimiento? Aquello que los une se vuelve más fuerte... y débil. Puede que la vida les hubiera destinado cosas diferentes, o que quizá nunca deberían haberse encontrado aquella noche en París. Pero siempre les quedará aquel sitio por el que deambulan a través de la lejanía, la luna.

Si no me conoces tú, entonces ¿quién lo hace?

Esta historia me ha hecho llorar. Ha conseguido que me lata fuerte el corazón y que sonría. Rhys y Ginger son la prueba viviente de la teoría "los polos opuestos se atraen"; aún cuando sus ideales son tan dispares, o que sus metas estén tan imposiblemente distanciadas..., su conexión resulta electrizante y magnética. El punto fuerte de este libro es sin duda la evolución de los personajes a través de los años, de las circunstancias y de la amistad. Si bien Ginger representa la estabilidad y el orden, Rhys es todo lo opuesto; buscando algo sin nombre, huyendo de sí mismo. La debilidad y el tormento oculto tras una coraza a la que sólo puede acceder Ginger. Otra novedad a tener en cuenta es la narración a dos voces y vía correos electrónicos, reflejando el paso del tiempo y una manera diferente de que los personajes se sinceren y compartan momentos en la distancia.

Una vez más Alice se ha colado en mí y ha removido todo con sus palabras. En este caso, Rhys ha sido mi punto débil, mi vértigo, compartiendo mil pensamientos en la misma línea. Las continuas referencias a El Principito también han logrado hacerme soñar, sentir y meditar todo lo que propone esta historia. La búsqueda de uno mismo, la fidelidad y la amistad, las reflexiones y las ganas, el impulso.
Este libro lo tiene todo para llevarte de viaje a la luna, de la mano de Rhys y Ginger, repleto de preguntas sin respuesta, de sentimientos inesperados, de palabras, música e imposibles.

Enamorarse es como estar permanentemente colgado de la luna. 

Boca abajo. Con una sonrisa inmensa. Sin miedo.

4'25/5

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Reseña #97 || Nosotros en la luna.