Reseña #102 || El día que dejó de nevar en Alaska.

El día que dejó de nevar en Alaska
de Alice Kellen
Editorial Titania
352 pags
Publicación 10/2017

Sinopsis

Heather cree que solo hay tres cosas que sabe hacer: atraer problemas, salir huyendo y correr. Así es como termina en Alaska, en un pequeño pueblo perdido, trabajando de camarera mientras intenta llevar una vida nueva y tranquila. Su único problema es que uno de los dueños del restaurante parece odiarla y que ella nunca antes ha conocido a nadie que despierte tanto su curiosidad. Nilak es reservado, frío y distante, pero Heather puede ver a través de todas las capas tras las que se esconde y sabe que en ocasiones hay recuerdos que pesan demasiado; como los de sus propios errores, esos que intenta dejar atrás. Pero, a veces, la vida te da una segunda oportunidad. La nieve empieza a derretirse. Y todo encaja.

Opinión Personal

¿Cómo de bonita puede llegar a ser una historia que contiene tanta tristeza? Es increíble cómo Alice Kellen consigue que algo roto contenga tanta belleza, pero así es. Hacía mucho que quería leer esta novela suya, y no sé porqué no lo he hecho antes. Supongo que algo me decía que esta historia me marcaría sobremanera, y ha sido una corazonada correcta. Este libro es precioso.

Heather está rota y llena de culpa, por eso huye desde San Francisco lo más lejos posible, arrastrando temores y errores, hasta llegar al pequeño pueblo de Inovik Lake en Alaska, creyendo que será el lugar perfecto para olvidarse de todo y comenzar de cero. El frío no es el único que le da la bienvenida a su nuevo hogar, ya que un perro-lobo llamado Caos parece alegrarse de lo lindo al toparse con ella por primera vez. Pronto descubre que Caos vive con su vecino John, quien se dedica a cortar leña y a la crianza de "perros de nieve", y aunque resulta un poco osco y sin humor, en seguida le cae bien. El propio John le recomienda un lugar para encontrar trabajo en un bar del pueblo, como camarera, y es ahí cuando conoce a Seth y a Nilak, los gerentes del establecimiento. Sin embargo, pese a la calidez y sinceridad de Seth, Heather queda aturdida por la belleza oscura que desprende Nilak... y también por su mordacidad y mal talante. Nilak parece tenerle especial inquina a Heather, alentándola a marcharse del pueblo, pero ella persiste pese a todo, haciendo frente a sus inseguridades, a la soledad, y al corazón de hielo de Nilak.

Una preciosa amistad surge entre Heather y Caos, hasta el punto de establecer una importante conexión entre la protagonista y el husky. Cuando Heather se propone adiestrar a Caos, sabe que sin la ayuda de Nilak no podrá, así que tras insistir, traza una rutina con el malhumorado joven, y juntos recorren metas invisibles entre paisajes idílicos, entrenamientos y ecos del pasado. Dos historias que se cruzan en un lugar perdido. Dos personas rotas que pretenden llenar sus grietas en silencio. E inesperadamente, surge el sol y deshace el hielo, el frío, la nieve. Los miedos se hacen reales, expuestos. Los sentimientos salen a la luz arrollándolo todo; como una tormenta cargada de pesar, anhelo y pasión.

Alice Kellen ha vuelto a hacer que sueñe leyendo, que crea en los sentimientos, en lo imperfecto. Leerla es como dejarse llevar por una brisa, y en este caso con una ambientación y unos protagonistas sublimes. Alaska se ha convertido en uno de los destinos que deseo visitar a la mayor brevedad posible tras leer este libro, y es que el entorno que se describe y la sensación que lo envuelve es casi palpable. El frío, la calidez de los habitantes, e incluso la esperanza en sus ojos han traspasado las páginas del libro para asentarse en una parte de mí. Heather y Nilak han sido unos personajes desbordantes, con una evolución increíble; ambos imperfectos, diferentes, y muy humanos.

La historia está narrada a dos tiempos interpuestos, con la medida justa de respuestas y preguntas, consiguiendo que necesites leer más y más. Este libro acerca al lector a temas delicados como los trastornos alimenticios, la co-dependencia, etc.; algo tan frágil como un susurro en el silencio, llevado con una elegancia incorregible. La historia de Nilak y Heather me ha hecho llorar, reír y reflexionar acerca de todos los «y si...» que nunca llegan a suceder, hasta converger en este preciso instante.

Un libro repleto de nieve, secretos y partidas de ajedrez. Pasará mucho tiempo hasta que otra historia consiga hacerme sentir tanto como ésta, sin duda. Ahora mismo sólo quiero abrazar a Nilak, a Heather... y adoptar a Caos.

5/5

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Reseña #102 || El día que dejó de nevar en Alaska.