Reseña #58 || Todo lo que somos juntos.

Todo lo que somos juntos
de Alice Kellen
Editorial Planeta
385 pags
Publicación 04/2019

Sinopsis

Han pasado tres años desde la última vez que se vieron. Ahora, Leah está a punto de cumplir su sueño de exponer en una galería.
Y, pese al pasado, Axel necesita formar parte de un momento como ese.
Cuando sus caminos vuelven a cruzarse, Leah tiene que tomar decisiones que pueden cambiarlo todo, porque, a pesar de lo que ocurrió, los recuerdos de toda su vida siguen ahí; intactos, bonitos, únicos. Colándose en cada grieta que aún no ha cerrado.

Porque él sigue siendo el chico que aún no ha olvidado.
Porque es el mar, noches estrelladas y vinilos de los Beatles.
Porque a veces basta un «deja que ocurra» para tenerlo todo.

Opinión Personal

Qué bonito ha sido leer la historia de Leah y Axel. En esta segunda parte de la bilogía, las heridas causadas en el primero cicatrizan de manera lenta y pausada, esquivando el destino.

Tras tres años de distancia y vacío entre ellos, Leah está convencida de haber superado a Axel y a todo lo que nunca fueron; su vida se compone de metas en un presente inmediato, de pinceladas en su buhardilla, donde nadie entra, sólo ella y sus emociones. La vida no parece tener baches ni aventuras, simplemente una rutina de la que rasca un pedacito de felicidad cada vez que puede. Pero el bucle cesa y el mundo se sacude para ella cuando le conceden su primera exposición de arte, un espacio en el que poder mostrar a desconocidos un susurro a sus pensamientos y sentimientos más íntimos. La adrenalina y los nervios se entremezclan, teniendo como único apoyo a Landon, su mejor amigo y con quien comparte algo más. Todo parece perfecto, y aunque jamás lo admitiera, sabe que la ausencia de Axel en ese momento tan importante de su vida es un peso difícil de ignorar... hasta que aparece. El vértigo tira de Leah cuando ve aparecer a Axel en la exposición, haciéndola temblar y enmudecer.

La vida de Axel durante los últimos tres años sin Leah podría definirse como una escala de grises, con algunos reflejos de color cada vez que algo le recordaba a ella, o cada vez que su familia requería su atención. Sus hábitos son sido casi iguales a su vida antes de ella, excepto que ahora trabaja en la galería de arte de Byron Bay; por eso cuando supo que Leah haría su primera exposición, supo que no podía perdérselo. Sencillamente se plantó ahí, con el corazón apunto de salir del pecho desbocado, porque después de tres años, nada había cambiado, no realmente.

"Escuché cómo me enamoraba de ella."

A partir de ese primer encuentro, Leah construye una fortaleza alrededor, una fría e impenetrable. La exposición llama la atención y una galería de arte se interesa por su trabajo, ofreciéndole un contrato de un año. La galería de arte que lleva Axel en Byron Bay. Los caminos de ambos parecen volver a entrelazarse, convergiendo en un remolino de recuerdos y dolor, de miradas y desafíos, de anhelos, latidos.

En este segundo libro he podido encontrar a los protagonistas con matices distintos, más profundos y arrolladores, con sus propias dudas y luchas internas. Leah ya no es la chica de diecinueve años cargada de impulsos y atrevida; el control y la vanidad es algo que trata de pulir en esta segunda parte. La soledad, la decisión, reprimir sus estímulos, sus tentaciones, trazar líneas firmes, adultas. Axel por el contrario ha dejado ver su lado más vulnerable; el desasosiego lo acompaña en cada página, intentando comprender el mundo a través de otro corazón, apartando sus propios deseos y dejando paso a la valentía que escondió tras una máscara durante tantos años.

Esta historia ha sido un camino plagado de arte y música, sentimientos y dudas. Las heridas no cicatrizan tan rápido como desearíamos, a veces incluso nunca curan... Este cierre de bilogía ha tenido un final perfecto, con todos sus errores, sus cuestiones, sus sorpresas. Porque Axel y Leah son así, impredecibles, como pintar con los ojos cerrados.

"Mil submarinos amarillos."

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Reseña #58 || Todo lo que somos juntos.