Reseña #23 || Saltaré las olas

Saltaré las olas
de Elena Castillo
Titania Ediciones
288 pags
Publicación 03/2018

Sinopsis

Imogen necesita alejarse de la persona que ha roto su corazón y de una familia que piensa que no es capaz de cuidarse por sí sola, desea comenzar de cero. El problema es que no sabe cómo hacerlo porque se ha dado cuenta de que en verdad no se conoce a sí misma.
Por ello, su mejor amiga lo organizará todo para llevarla consigo hasta Irlanda, donde le espera su primer puesto de trabajo en una residencia clínica como enfermera y una habitación de alquiler en una preciosa cottage a los pies de los acantilados de Howth, que compartirá con un joven pescador.
Nadie en el pueblo esperaba que Liam regresara después de tanto tiempo, pero él también se sorprende cuando al llegar se encuentra con que su familia ha metido a una inquilina en su casa.
Mientras Imogen irá descubriéndose poco a poco con su “lista de nuevas experiencias”, su misterioso compañero de casa se volcará en ayudarla a conseguir todos sus retos, terminando por poner a prueba los sentimientos de su corazón.
Tres pacientes con mucho que aportar, un club de lectura con algo de magia y una amistad inquebrantable, enseñarán a Imogen que en la vida solo hay que saltar las olas.

“La mejor forma de curar un corazón es rescatar a otro”

Opinión Personal

He conseguido leer este libro sin destrozarme por dentro, pero me ha faltado poco.
La historia de Imogen comienza con un corazón roto y un viaje hacia el otro lado del océano Atlántico para encontrarse a sí misma. Con la ayuda de su mejor amiga Ava, una rubia alocada con las ideas bien claras, consigue trasladarse a Irlanda con trabajo y vivienda en un pequeño pueblo llamado Howth. Imogen se deja llevar por Ava en ese viaje de introspección y nuevo comienzo y se instala en una preciosa casa en el acantilado, con las vistas al mar y el sonido de las olas como único acompañante, por el momento. Pronto se percata que el casero también compartirá casa con ella, aunque ni siquiera él mismo lo sabía.

Con el tiempo, ambos consolidan una relación esporádica a partir de muchos mensajes en la pizarra de la cocina, post-its y detalles de la casa; Imogen trabaja de enfermera en la residencia en el turno de noche y su casero, Liam, trabaja durante todo el día faenando en alta mar, por lo que nunca coinciden en horarios y ambos parecen huir el uno del otro. El misterio se acentúa cuando Imogen visita el pueblo y todos los aldeanos parecen sorprendidos por el regreso de Liam, quien al parecer llevaba demasiado tiempo fuera del pueblo.

Este libro te llega al alma muy poquito a poco, con el mimo y la gracia de las primeras veces, el ritmo pausado y sin embargo locuaz. La protagonista avanza a ciegas hacia un lugar que desconoce: su propio corazón. Pronto descubre que sus sentimientos hacia su casero son fuertes y sólidos, consiguiendo con ello sellar una etapa de su pasado, pero... ¿y Liam? El irlandés manifiesta sentimientos contradictorios y un halo de misterio lo envuelve desde el primer momento; como si el mar hubiera robado para siempre su esperanza.

No puedo ser más objetiva, ciertamente; me ha costado leer este libro por circunstancias personales, más que nada. Tengo un fuerte vínculo con Irlanda desde hace años y admito que la ambientación está exquisitamente labrada para con el pueblo y el país. Sin duda he podido regresar a la isla celta entre las páginas de este libro,  y aunque la historia de Imogen no me ha apasionado, sí que la he disfrutado y vivido intensamente, la pérdida, la incertidumbre, la angustia, la tristeza, la añoranza, el amor.

Share:facebook - twitter - pinterest

Reseña #23 || Saltaré las olas