de Sarah J. Maas
Editorial Planeta, Crossbooks
672 pags
Publicación 11/2017
Sinopsis
(ATENCIÓN: Si no has leído la segunda entrega,
no continues leyendo, puedes obtener spoilers)
Opinión Personal
Todas las grandes historias tienen grandes finales, y esta historia no iba a ser menos.
En este último volumen de la trilogía principal de una corte de rosas y espinas se desencadena la esperada guerra. Feyre regresa a la Corte Primavera con intención de destruirla desde dentro, con sus ansias de venganza expuestas en cada palabra, cada parpadeo y cada acción fingida. El comienzo de la novela es ciertamente pesado, con idas y venidas que parecen no dar lugar a nada y con una lingüística y descripción ajena al resto del tomo; el detalle de cada párrafo se torna pedante cuando no encuentras a dónde quiere ir a parar la autora con ello, pero finalmente se desencadena el letargo y la acción aparece arrollando cualquier ofuscamiento anterior.
Lucien y Feyre protagonizan el origen de esta acción que no cesa hasta el final del libro. En esta tercera parte nos adentramos al resto de las Cortes de Prythian, tanto por huida como por alianza. Prythian no es la única tierra amenazada por el rey Hybern; las tierras humanas también se encuentran en peligro inminente, sin posibilidad de supervivencia ante el poder desatado por el Caldero. Las alianzas son indispensables para garantizar la vida y los altos lores deben conseguir unanimidad a favor de luchar juntos.
A medida que los capítulos pasan, la trama se torna más y más compleja, hasta el punto de no saber cómo se asentará el final y la guerra. Constantes giros en la historia te hacen devorar cada página, secretos por fin desvelados, nuevos miedos y encuentros, personajes tan antiguos como el propio Caldero. Es una delicia cómo esta autora relata las escenas de acción.
Nesta, por supuesto, es la reina en este libro; su personaje evoluciona de una manera locuaz y pausada, pero muy significativamente...
Nuevos poderes y nuevas debilidades se ciernen sobre las Cortes y sus habitantes, sobre los humanos y los inmortales menores. Maldiciones, traiciones y pactos vinculados a la sangre envuelven la guerra hasta convertirla en el caos más impío de la historia de Prythian. Un final a la altura de la guerra. Sólo diré que la muerte y la inmediata resurrección, quita muchísima credibilidad a la historia.
A quienes se mueran por saber qué ocurre con el lazo de Elain y Lucien, con el mortal secreto de Mor, el sangriento y oscuro pasado de Amren o simplemente necesiten más del humor de Cassian y Azriel, no dudéis en hincar el diente a este desenlace.
¡A los amantes de la acción! ¡A los que sueñan con la Ciudad de la luz de las estrellas! ¡A los que miran al cielo y piensan "Ojalá, ojalá"! A las estrellas que escuchan... y los sueños que se hacen realidad.
En este último volumen de la trilogía principal de una corte de rosas y espinas se desencadena la esperada guerra. Feyre regresa a la Corte Primavera con intención de destruirla desde dentro, con sus ansias de venganza expuestas en cada palabra, cada parpadeo y cada acción fingida. El comienzo de la novela es ciertamente pesado, con idas y venidas que parecen no dar lugar a nada y con una lingüística y descripción ajena al resto del tomo; el detalle de cada párrafo se torna pedante cuando no encuentras a dónde quiere ir a parar la autora con ello, pero finalmente se desencadena el letargo y la acción aparece arrollando cualquier ofuscamiento anterior.
Lucien y Feyre protagonizan el origen de esta acción que no cesa hasta el final del libro. En esta tercera parte nos adentramos al resto de las Cortes de Prythian, tanto por huida como por alianza. Prythian no es la única tierra amenazada por el rey Hybern; las tierras humanas también se encuentran en peligro inminente, sin posibilidad de supervivencia ante el poder desatado por el Caldero. Las alianzas son indispensables para garantizar la vida y los altos lores deben conseguir unanimidad a favor de luchar juntos.
A medida que los capítulos pasan, la trama se torna más y más compleja, hasta el punto de no saber cómo se asentará el final y la guerra. Constantes giros en la historia te hacen devorar cada página, secretos por fin desvelados, nuevos miedos y encuentros, personajes tan antiguos como el propio Caldero. Es una delicia cómo esta autora relata las escenas de acción.
Nesta, por supuesto, es la reina en este libro; su personaje evoluciona de una manera locuaz y pausada, pero muy significativamente...
Nuevos poderes y nuevas debilidades se ciernen sobre las Cortes y sus habitantes, sobre los humanos y los inmortales menores. Maldiciones, traiciones y pactos vinculados a la sangre envuelven la guerra hasta convertirla en el caos más impío de la historia de Prythian. Un final a la altura de la guerra. Sólo diré que la muerte y la inmediata resurrección, quita muchísima credibilidad a la historia.
A quienes se mueran por saber qué ocurre con el lazo de Elain y Lucien, con el mortal secreto de Mor, el sangriento y oscuro pasado de Amren o simplemente necesiten más del humor de Cassian y Azriel, no dudéis en hincar el diente a este desenlace.
¡A los amantes de la acción! ¡A los que sueñan con la Ciudad de la luz de las estrellas! ¡A los que miran al cielo y piensan "Ojalá, ojalá"! A las estrellas que escuchan... y los sueños que se hacen realidad.
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